EL ENTRENAMIENTO POR VATIOS

EN ESTE ARTICULO ENCONTRAREIS ALGUN INFORMACION DEL POR QUE ENTRENAR POR VATIOS.

FUENTE arueda.com

Damian
Monday, 09 de July de 2007

Desde hace unos años, han ido apareciendo en el mercado diferentes instrumentos que permiten averiguar la carga de trabajo que realiza un ciclista durante el ejercicio. Se trata de los famosos medidores de potencia, unos elementos cada vez más generalizados entre los ciclistas profesionales y que ofrecen unas notables ventajas de entrenamiento con respecto a los tradicionales pulsómetros.


El SRM es el medidor más extendido entre los profesionales
Lo primero que me vino a la mente cuando conocí la existencia de dispositivos que medían la potencia del ciclista fue: ¿y para qué quiero saber la potencia que puedo producir? Posiblemente a la mayoría de vosotros os haya sucedido lo mismo, y por eso, en éste artículo intentaremos explicaros qué ventajas e inconvenientes tiene el entreno por vatios respecto al entreno por pulsaciones o por sensaciones.
Empezaremos aclarando dos conceptos que a veces se confunden: la fuerza y la potencia de un ciclista. Para aclararlo un ejemplo: dos ciclistas de idéntico peso, idéntico coeficiente aerodinámico que están pedaleando a 30 km/h uno con un desarrollo 53x12 y el otro con un 41x23, desarrollan exactamente la misma potencia, la diferencia radica en que el ciclista que mueve el 53x12 estará haciendo más fuerza sobre los pedales y pedaleará con menor cadencia que el ciclista que mueve el 41x23, pero la potencia desarrollada por los dos ciclistas será la misma. La potencia (o trabajo) se mide en vatios y para no confundiros con fórmulas complicadas lo simplificaremos de la siguiente manera: potencia = cadenciaXdesarrollo.

El pulsómetro y el medidor de potencia
Los pulsómetros se inventaron con la intención de cuantificar el trabajo que producía un ciclista. Se trataba de poder medir de alguna forma el esfuerzo y la carga de trabajo que produce el ciclista durante el ejercicio. A mediados de los ochenta se utilizó el corazón para, a partir de los latidos por minuto, poder cuantificar ese trabajo. Por entonces escoger el corazón como la manera de medir el funcionamiento del motor del ciclista era la mejor aproximación que se pudo realizar para medir el trabajo que producía. Sin embargo actualmente, y a diferencia de otros deportes, los ciclistas tenemos la gran ventaja de poder disponer de medidores de potencia. En el atletismo, por ejemplo, el pulsómetro es el único elemento utilizable para medir el rendimiento.
El primer medidor de potencia destinado al ciclismo lo inventó Uli Schoberer en 1986. Se trata del famoso SRM que fue el resultado de un proyecto de final de carrera. Los pulsómetros supusieron una auténtica revolución cuando aparecieron. Al principio sus precios eran inalcanzables para la mayoría, hoy en día por menos de sesenta euros podemos adquirir uno. Con los medidores de potencia estamos en el inicio de su expansión, ahora son muy caros aunque cuando se popularicen bajarán de precio. Sin embargo, no creemos que lo hagan tanto como lo hicieron los pulsómetros, puesto que los medidores de potencia emplean unos elementos de por sí bastante caros.

Un vatio es un vatio
Un vatio es un vatio, pero un latido de corazón no es un latido de corazón. Nos explicaremo: los latidos del corazón están sujetos a multitud de factores incontrolables como temperatura, humedad, cansancio acumulado, etc. Imaginemos que estamos haciendo series y ese día hemos dormido mal, hace mucho calor y mucha humedad; a 170 pulsaciones probablemente estemos rindiendo menos que en otra sesión al mismo ritmo cardiaco en el que la temperatura fuese templada y con una humedad óptima. La gran ventaja de los medidores de potencia es que son objetivos, no se ven influenciados por estados de ánimo, cansancio o condiciones meteorológicas. Si hace dos días hicimos una serie a 270W y hoy estamos cansados, no podremos hacerla o bien nos costará más acabarla, muy probablemente las pulsaciones éste segundo día, a 270w, sean más altas que en la sesión anterior. El medidor de potencia no miente, para bien y para mal. ¿Cuántas veces hemos oído aquello de “hoy no voy bien, no subo de pulsaciones”? Puede que no vayas bien, o puede que tengas un día fantástico y que tu corazón no necesite bombear tan rápido para realizar el mismo trabajo y esto no lo puedes saber si no es con un medidor de potencia. En cambio, si un día a 300W las sensaciones no son buenas, puedes deducir que ése no es tu día, o si por el contrario, ese día a 300W no te cansas tanto, puede que sea tu día.



Ergomo utiliza un sensor óptico en el eje de pedalier para obtener la potencia producida por el ciclista
La principal ventaja de los medidores de potencia es que al poder medir la cantidad de trabajo de cada entreno, se pueden tener los datos precisos de la carga, el volumen y la intensidad del entreno durante todo el periodo que dure el entrenamiento. Observando las cargas de entreno acumuladas y una bajada progresiva del rendimiento podemos llegar a deducir que estamos sobreentrenados. Con la práctica, hasta se puede descubrir que se está incubando una gripe o resfriado aunque no tengamos los síntomas.
Otra ventaja de llevar un medidor de potencia es que llevamos el laboratorio encima. Con un medidor de potencia podemos realizar tests tantas veces como queramos y comprobar si nuestro entrenamiento está dando resultados.
Utilizar el medidor de potencia en los entrenos de series y en las carreras es una gran ventaja. Con un medidor de potencia podemos realizar las series exactamente cómo queremos: pongamos por ejemplo series de 10 segundos a 900W: con el medidor de potencia la serie empezaría a contar cuando comenzáramos a producir 900W. Sin embargo, pongamos que tenemos que hacer series de 10 segundos a 180 pulsaciones, desde que empezamos a aplicar mucha potencia, hasta que el corazón alcanza las 180 pulsaciones pueden pasar muchos segundos, y en la práctica las series durarán más de 10 segundos. En las series realizadas con la potencia como referencia ésta sería constante, sin embargo el pulso tiende a subir al final de cada serie, ya que para mantener la misma potencia, como el cuerpo se cansa, el corazón tiene que bombear más rápido.


Si os fijásteis en el buje trasero de Landis durante el pasado Tour de Francia reconoceréis el Powertap
Como acabamos de ver, al hacer las series con el medidor se optimiza el entreno. Por otro lado el utilizarlo en carrera y analizar posteriormente los datos permite saber qué potencia y durante cuánto tiempo necesitamos mantenerla para no perder al grupo en las aceleraciones, o a cuántos vatios hay que subir los puertos para no perder al grupo de cabeza. Otra utilidad de un medidor de potencia es que es muy eficaz para dosificar el esfuerzo, sobretodo en las contrarrelojes. Por las sesiones de entreno podemos saber cuántos vatios podemos producir durante la duración de la crono y procurar mantenerlos durante toda la crono. Si hacemos la misma crono por sensaciones lo normal sería empezar por encima de nuestras posibilidades y acabar muy por debajo, con el medidor de potencia nos dosificamos de forma óptima y maximizamos nuestro rendimiento. Floyd Landis lo utilizó en la famosa etapa de Morzine, que al fin y al cabo fue una CRI, para dosificarse durante la etapa. Él sabía que podía producir 300W durante varias horas y lo que hizo fue regular para obtener esa media de 300W.

Medidor de potencia y ordenador
Todos los medidores de potencia que existen en el mercado permiten descargar los datos al ordenador e incluyen un sóftware para visualizarlo. Como hemos dicho anteriormente el análisis de ésos datos es gran parte del beneficio que nos da el entreno por potencia. El entrenamiento por vatios da muchos datos, interpretarlos no es fácil, hay que leer y aprender mucho y constantemente, puesto que es algo que está evolucionando y cada vez se saben más cosas. Casi toda la literatura está en inglés, por lo que recomendamos utilizar un entrenador y dejarle a él el análisis de datos si no dominaos ese idioma. Éste sería otro gasto que añadir al coste total para entrenar por vatios.

Mentes analíticas
El entrenamiento por vatios es ideal para mentes un poco obsesivas, científicas, analíticas y que gusten de jugar con gráficas y no se cansen de aprender. Está totalmente contraindicado para los amantes del entreno por sensaciones. Como en todo un término medio es ideal, rodar por sensaciones y hacer las series con medidor de potencia es un compromiso óptimo para todo ciclista que quiera tener referencias inequívocas de su rendimiento.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Todo muy bien explicado juan

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